Actividad física
El fútbol incluye
una actividad física muy importante. Durante un partido de fútbol
profesional de 90 minutos, un jugador, dependiendo de su posición y de las
dimensiones del campo, recorre entre 12 y 15 kilómetros. También
durante un partido de similares características, un futbolista pierde alrededor
de 2 kilogramos de líquidos, parte de los cuales son recuperados
durante el tiempo de descanso. En partidos que se juegan con altas
temperaturas, los árbitros tienen el derecho de detener el encuentro,
generalmente a mediados de un período, para que los jugadores y el cuerpo
arbitral se hidraten.
Pero al mismo tiempo, el
fútbol es uno de los deportes con mayor número de lesiones, aunque la
mayoría de ellas no son de gravedad. Las lesiones más comunes ocurren en
las rodillas y los tobillos, debido a los movimientos rotativos
a los que son sometidos. Las roturas
de meniscos y ligamentos cruzados junto a
los desgarros musculares, son lesiones habituales dentro del fútbol. Las
probabilidades de lesión aumentan cuando el jugador no recibe una preparación
física adecuada, particularmente en un deportista aficionado, y cuando el juego
se desarrolla sobre un terreno irregular. Para futbolistas profesionales o
semiprofesionales es de vital importancia la presencia de un preparador físico
que regule el tipo de ejercicio físico, así como la duración y regularidad del
mismo. El trabajo del preparador físico se debe complementar con una
correcta alimentación, donde también es recomendable la presencia de un
profesional en la materia.
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